Escrito por: Luisa Trujillo
Los niños adquieren el idioma por medio de la interacción. Su cerebro es tan moldeable que basta con exponerlos al paisaje lingüístico para que ellos capten las palabras de la comunicación. Después comienzan a formar oraciones simples, y poco a poco desarrollan la complejidad y matices del idioma. Se ha comprobado que algunas estrategias facilitan la manera en que los niños se enfrentan a diferentes idiomas. Para comenzar con nuestra serie, les presentamos algunas de ellas:
Hablarle al niño
A los padres se les recomienda que les hablen a sus hijos. Sin embargo, aunque parezca extraño, aún hay padres que consideran una pérdida de tiempo hablarle a un recién nacido o a un niño pequeño. ¿Para qué molestarse si no puede responder? ¿Para qué intentarlo si no entiende? Pues bien, es precisamente en esa comunicación que el niño se ubica primero del lado del receptor, y al recibir, su cerebro absorbe el lenguaje como una esponja absorbe el agua. De hecho, entienden todo, como lo revela un reciente documental.
Así que sin importar la edad: háblale a tu niño. Dirígete al niño en el idioma que quieres que aprenda. Es natural usar un tono más suave y elegir palabras “alegres” y simples. Es normal describir la realidad de una manera positiva. Ellos recién han llegado a este planeta y queremos que comiencen su vida aprovechando cada minuto.
Puedes comenzar por algo tan simple como describir lo que estás haciendo mientras le cambias el pañal o le pones la piyama. Mientras dan un paseo, explícale que el sonido que escuchan es el canto de un pájaro. Descríbele los ingredientes del pastel que estás horneando. Utilizar frases sencillas para hablar con tu hijo es un primer paso maravilloso.
Balbucear: ¡no ayuda!
Aunque quieras demostrarle todo tu amor y ternura a tu hijo, cuando se trata del lenguaje: balbucearle no ayuda. Los bebés pueden y deberían balbucear. Incluso en su primera infancia, es normal y aceptable que ellos tengan dificultades en la pronunciación. Al balbucear, el bebé copia el ritmo y el sonido del idioma. No obstante, el adulto o cuidador principal deberían evitar balbucearle al niño.
El balbuceo del adulto puede que sea “tierno”, pero es confuso para el niño y contraproducente. No solo porque más adelante es probable que el niño también pronuncie mal las palabras. Adicionalmente se crea una burbuja, en la que nadie más a parte de quien balbucea con el niño hablará de la misma manera. Por el contrario, adaptar el lenguaje al bebé y niño pequeño es una forma de dirigirse a ellos usando frases y palabras muy sencillas. Esto implica un tono alto y repeticiones, que podrían sentirse poco naturales al comienzo, pero que son clave para presentarle el idioma real al niño, como lo muestra este estudio.
¡Cada uno en su idioma!
Esto es muy importante para las familias en donde se habla más de un idioma: cada madre y padre debería hablar en el idioma que le resulte más natural. Es decir, la lengua materna o el idioma que le salga primero sin ningún esfuerzo.
¿Cómo sabemos qué idioma hablar si somos capaces de hablar ambos con fluidez? ¡Fácil! Cuando te encuentras con un perro o un gato en la calle, ¿qué idioma te viene instintivamente cuando te acercas a ellos? ¿Qué idioma usas con naturalidad cuando acaricias a un bebé? Pues ya está: ese es el idioma con el que mejor expresas tus emociones. Por lo tanto, ese es el que deberías usar con tus hijos.
En mi caso, mi lengua materna es el español, también hablo inglés con fluidez y alemán a un nivel intermedio. La lengua materna del padre de mi hija es un dialecto alemán de Baviera; sin embargo, como él ha vivido en Suiza por más de 15 años, para hablar se comunica principalmente en el dialecto suizo. Cuando nuestra pequeña nació, fue claro: yo le hablaría a la bebé en español, mientras que él lo haría en suizo-alemán.
Ahora con dos años, nuestra pequeña es perfectamente capaz de entender ambos idiomas y usa palabras de ambos idiomas con claridad. No puedo siquiera imaginarme expresarle mi amor a ella en otro idioma que no fuera el mío.
Un poco de esfuerzo no hace daño
Hasta donde sabemos, los niños tienen la capacidad de absorber diferentes idiomas. Sin embargo, a medida que avanzan en su habla y comunicación, se desarrollan algunas diferencias en el nivel de progreso entre los idiomas dependiendo de cuál es el más dominante. Además, a medida que pasa el tiempo, los niños comienzan a sentirse más seguros al expresar sus emociones y pensamientos en un idioma. La socialización con otros niños hará necesario el uso de un idioma.
En resumen, existe algo así como un proceso de elección inconsciente del idioma y para dar espacio y equilibrio a cada uno, los padres o cuidadores tendrán que hacer un esfuerzo para facilitar el proceso.
En la próxima entrega de esta serie, exploraremos algunas herramientas que los padres pueden utilizar para contribuir al proceso de aprendizaje del idioma de sus hijos desde una edad temprana, no solo para aprovechar de la mejor manera las oportunidades entre amigos, familiares y profesores, sino también para evitar preocuparse sobre ideas como que sus hijos puedan estar aprendiendo demasiado lento o muy poco.
El aprendizaje del idioma en familias bilingües debería ser divertido y enriquecedor, y no algo de qué preocuparse o estresarse. Sigue nuestra serie para aprender qué puedes hacer si estás criando a un niño bilingüe. Si quieres compartir alguna experiencia o tienes preguntas, por favor escríbenos en la sección de comentarios.
Traducido por Adriana Trujillo